Las jubilaciones estatales sufren recortes sin precedentes en Alemania, y se planea aumentar la edad de retiro. ¿Quedará algo para los que ahora son jóvenes?
La fuerza laboral de Alemania se está preparando para un doble golpe en lo que respecta a mantener a flote su fondo de jubilación estatal. No solo más del 20% de la población tiene ahora más de 65 años o la plena edad de jubilación,sino que esa cantidad está creciendo rápidamente. Para 2060, se prevé que sea más de uno de cada tres.
Y aunque la fuerza laboral de Alemania -de aproximadamente 44 millones de personas (antes del COVID-19)- es más grande que nunca, los expertos dicen que no será lo suficientemente grande como para cubrir la brecha de financiamiento que dejó este cambio demográfico.
"El sistema de jubilaciones se enfrenta a un colapso inminente”, advirtió el economista Bernd Raffelhüschen, de la Universidad de Friburgo, en una entrevista con el canal alemán ntv.
De acuerdo con una encuesta de 2019, organizada por Deutsche Bank y la consultora Ipsos, casi un 75 % de los participantes, de una edad entre 20 y 65 años, dijeron que esperaban que la jubilación estatal solo cubrirá sus necesidades básicas, y más de la mitad dijo que pensaba que el sistema de pensiones del Estado iba a colapsar.
Pero ¿cómo pudo llegar a esto un sistema de prevención social como el de Alemania, elogiado por sus continuos esfuerzos en cuanto al sistema de salud, a los pagos por desempleo, incluso por la licencia por paternidad? ¿Y por qué no ha sido capaz de recuperarse?
La idea de un Estado que mantenga a sus habitantes de mayor edad data de finales del siglo XIX, cuando el emperador alemán Otto von Bismarck introdujo el sistema precursor de lo que hoy es el sistema de jubilaciones: todos los trabajadores y empleados tenían que pagar para que los mayores de 70 años recibieran una pequeño pago anual.
En la Alemania moderna, ese sistema evolucionó convirtiéndose en uno que tiene por objetivo que los pensionados puedan mantener su estándar de vida.
La mayoría de los alemanes, excepto los funcionarios civiles y los empleados autónomos, pagan un porcentaje de su salario a la caja estatal de jubilaciones. Los empleados pagan, por lo general, más del 9% de su ingreso mensual, suma que es incrementada por los empleadores, y luego reforzada por el dinero de los impuestos a través del Gobierno alemán.
Al final, los jubilados reciben una pensión basada en el promedio de sus ganancias, y, en general, en el número de años trabajados. De ahí el problema de un déficit inminente: si hay más jubilados que personas que pagan, entonces alguien tiene que ceder.
Este problema difícilmente puede calificarse de sorpresivo. En 1986, el entonces ministro de Trabajo, Norbert Blüm, de la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU), creó su famoso mantra "Las pensiones son seguras", en respuesta a las advertencias de que el sistema colapsaría.
Ahora, la diferencia es que el escenario temido desde hace mucho tiempo está comenzando a desarrollarse: la doble carga de pagar a los jubilados y babyboomers -como se llama a las personas nacidas entre los años 1946 y 1965, luego de la explosión de la natalidad posterior a la Segunda Guerra Mundial- que hoy que se jubilan.
Además, este gran grupo demográfico necesitará el dinero durante más tiempo. Un hombre que ahora se jubila a los 65 años vivirá, en promedio, otros 14 años, y una mujer de la misma edad, otros 19, en comparación con 1970 cuando la perspectiva de vida posjubilatoria era de 2 y 8 años, respectivamente.
Los expertos advierten que, incluso con la inmigración, la fuerza laboral de Alemania podría disminuir de 2 a 10 millones para 2060, según la Oficina Federal de Estadística de Alemania.
Los alemanes del Babyboom están llegando a la edad de jubilarse, y su expectativa de vida aumenta.
A muchas personas les resulta difícil ahorrar una suma de dinero para la jubilación, ya sea debido a los bajos ingresos, a los trabajos de medio tiempo o de menos horas, y al aumento de contratos de trabajo temporarios. La pobreza se ha convertido en una amenaza palpable para las personas mayores.
"Alemania está enfrentando una avalancha de pobreza entre los ancianos”, dijo en marzo el líder parlamentario del partido La Izquierda, Dietmar Bartsch, en el Bundestag. "Unos 6,3 millones de personas que han trabajado a tiempo completo durante 45 años pueden esperar una jubilación de menos de 1.100 euros”.
De acuerdo con el laboratorio de ideas de la Fundación Bertelsmann, uno de cinco jubildos estará en peligro de caer en la pobreza en el 2036. Las mujeres, los trabajadores con ingresos bajos y los desempleados de larga duración serán los más golpeados.
El Partido Demócrata Liberal alemán (FDP), promercado, propuso un plan de jubilaciones a través de fondos privados. "En los últimos años, cada vez más gente ha invertido en el mercado de acciones”, dijo el jefe del partido, Christian Lindner, a la publicación Börse Online esta semana. "Eso es porque la gente sabe que no puede confiar más en las jubilaciones estatales, y quiere edificar su independencia financiera”.
Entonces, para quienes tengan dinero para invertir, la cuestión es si quieren verdaderamente hacerlo. Un sondeo de 2018 del Instituto Alemán de Planes de Jubilación (DIA, por sus siglas en alemán) indica, por ejemplo, que sigue habiendo escepticismo respecto de las acciones en bolsa: un 43% de los encuestados dijo que comprar acciones es demasiado inseguro como inversión para la jubilación.
En cuanto a los planes de ahorro privado para las jubilaciones, que aumentan desde los años 90, la cuestión es quién puede permitirse renunciar a determinadas sumas para ese fin. Especialmente en un país como Alemania, donde un empleado promedio, soltero, paga alrededor de un 38% de su salario en cargas impositivas y contribución al bienestar social.
A principios de la década del 2000, el gobierno alemán comenzó a promover planes de jubilación financiados con fondos privados con el incentivo de exenciones fiscales. Sin embargo, el ejemplo más destacado, conocido como plan de jubilación Riester, se ha tambaleado debido a las bajas tasas de interés. Los críticos también señalan estructuras de costos desastrosamente altos, que finalmente dejan muy poco dinero para el beneficiario.
¿Elevar la edad de jubilación?
Obligar a las personas a pagar más tiempo en el fondo de jubilación, mientras se reduce la cantidad de años que reciben pagos, es la propuesta recurrente. Alemania ya está aumentando su edad de jubilación de 65, la cuarta más alta de la UE, a 67 en 2029.
Las propuestas para elevar la edad de jubilación volvieron a aparecer en los titulares esta semana, cuando un panel de asesores del Ministerio de Trabajo sugirió subir la edad a 69.
Señalando datos recientes del Ministerio del Interior que mostraban una tasa de mortalidad de una cada cinco personas antes de los 69 años, la copresidenta del partido La Izquierda, Susanne Hennig-Wellsow, criticó la propuesta como "antisocial". Y el comité parlamentario para personas mayores ha criticado la nueva propuesta, diciendo que la fuerza laboral de más edad tendría menos probabilidades de llegar a la jubilación.
Una encuesta reciente realizada por el instituto de investigación de mercado GfK halló que dos tercios de los encuestados de 18 a 32 años dijeron que la política de jubilación influiría en su voto. Pero cuando llegue el momento de ir a la cabina de votación, serán superados en número por los electores mayores de 60 años, que podrían tener diferentes puntos de vista sobre la jubilación.